domingo, 22 de mayo de 2022

the Battle for Spain (Antony Beevor) - 4 - anotaciones diversas

notas que tomé del libro sobre los meses previos:

Tras la victoria del Frente Popular en las elecciones de Febrero de 1936, "la Iglesia alertaba de que los enemigos del catolicismo, '... nos tienen declarada una guerra sin cuartel, a muerte' y hacía un llamamiento a la España católica para que cumpliese su destino histórico y salvara a la nación de los peligros del socialismo y del laicismo por medio de un choque 'entre el bien y el mal, entre la ciudad de Dios y la ciudad de Satanás'.''

“No hay duda de que [por parte de la derecha] se intentó multiplicar la sensación de caos (…) aunque no parece que los desmanes procedieran de una campaña perfectamente organizada por la derecha. Se recurrió a atribuir falsamente a la izquierda actos de violencia perpetrados por falangistas, o a la publicación de terribles panfletos falsamente anarquistas amañados por los carlistas. (…) hay que incluir el célebre asunto de los caramelos envenenados que las monjas ofrecían a los niños, bulo que la derecha hizo correr para provocar algaradas anticlericales. La prensa de derechas comparaba repetidamente a Azaña con Kerenski, y José Antonio [Primo de Rivera] recordaba al ejército la suerte que habían corrido los oficiales zaristas, al tiempo que (…) le instaba a rebelarse.”

notas que tomé del libro sobre los primeros días del golpe de estado y la represión:

“En una sola noche, la primera del golpe de estado, los fascistas habían asesinado a 189 personas. (…). Sólo en la ciudad de Sevilla, e independientemente de toda acción guerrera, han asesinado a más de 9000 obreros y campesinos. En los barrios obreros, los soldados de regulares moros y del Tercio recorrían sus calles de modestísimas casas de una planta y por las ventanas arrojaban bombas de mano, destruyéndolas y matando a las mujeres y los niños. Las hordas moras se entregaron libremente al saqueo y a la violación.” (ver también notas sobre la guerra de propaganda y el discurso de Unamuno)

notas que tomé del libro sobre los anarquistas:

“Un gran contraste entre Madrid y Barcelona tenía que ver con el uso que se daba a los hoteles. En la capital, el Hotel Gaylord fue utilizado por el Partido Comunista como alojamiento de lujo para sus altos funcionarios y los asesores rusos. En Barcelona, la CNT y la UGT utilizaron el Ritz como Unidad Gastronómica Número 1, es decir, como comedor público para los necesitados. (…) Se suponía que todos los que acudían al comedor debían llevar consigo un pase de su comité local, pero, aunque los celadores se negaban a la burocracia, no sólo fueron muy pocos los que intentaron comer dos veces sino que, según cuenta Langdon-Davies, no desapareció apenas ninguna pieza de la cubertería del Ritz. Los anarquistas creían de buena fe que eso era así porque la cubertería ya no pertenecía a ninguna empresa privada ni al Estado, y el pueblo no se robaba a sí mismo. (...) Mientras tanto, a los refugiados que se alejaban de las zonas conquistadas por los nacionales se les alojaba en los pisos de los ricos.” (ver también nota sobre Lluís Companys y los anarquistas)

notas que tomé del libro sobre cómo el gobierno de la República torpedea la economía catalana:

“Pero ese remedo de revolución social en la industria catalana se vio muy pronto amenazado desde distintos frentes: (…). El gobierno central trataba de imponer su autoridad a toda costa sobre la Generalitat. Largo Caballero, el gran rival de los anarquistas, llegó a ofrecer el contrato para la confección de uniformes a empresas extranjeras antes que a las fábricas textiles colectivizadas por la CNT. Por su parte, el PSUC, (…) que trataba de ganarse a las clases medias defendiendo los intereses comerciales de éstas, pidió a los empleados de la banca de la UGT que utilizaran todos los medios a su alcance para entorpecer las transacciones financieras de las empresas colectivizadas. Por eso, la contracción de la producción industrial en Catalunya durante la guerra no se puede atribuir al desorden revolucionario.”

notas que tomé del libro sobre matanzas y más represión:

“Las descripciones de la huida de civiles y milicianos exhaustos que escapaban de la ciudad por la carretera de la costa son espeluznantes. Mujeres enloquecidas seguían amamantando a sus hijos muertos mientras que los más viejos y débiles iban muriendo a lo largo de la carretera bajo el fuego de los morteros que llegaba desde el mar y del de los aviones que ametrallaban sin piedad a los fugitivos. La venganza de los nacionales sobre Málaga fue quizá la más horrenda de toda la guerra: (…) durante la primera semana de “liberación” de la ciudad, los nacionales fusilaron sin juicio previo a 3.500 personas, y desde el 15 de febrero [de 1937] al 25 de agosto de 1944, otras 16.952 más fueron sentenciadas “legalmente” a muerte. El fiscal de los nacionales en Málaga fue Carlos Arias Navarro, que sería conocido como “carnicerito de Málaga”, y con el tiempo llegaría a ser el último presidente de gobierno de Franco y el primero de Juan Carlos I.”

“[En Gernika] Se inició así una estampida de gentes que decidieron salir de la ciudad para encontrar amparo en el campo, pero entonces aparecieron los cazas Heinkel 51, que ametrallaron sin piedad a hombres, mujeres y niños, a las monjas del hospital y hasta al ganado. (…) Al abandonar Bilbao, los refugiados se lanzaron hacia la carretera de la costa, hacia el oeste, donde toda la masa humana fue ametrallada por las escuadrillas de cazas Heinkel”.

notas que tomé del libro sobre la intervención internacional y el fin de la guerra:

“(…) [el Dr. Juan] Negrín [Presidente del Consejo de la República] intervino ante la Sociedad de Naciones el 21 de Septiembre [de 1938] para anunciar la retirada inmediata y completa de todos los combatientes no españoles de las filas gubernamentales [esperando una acción recíproca de los voluntarios italianos en el bando sublevado] (…). Aquel gesto sorprendente, aunque agradó, no desencadenó la simpatía universal hacia la causa republicana (…). La crisis de Checoslovaquia, que estaba en aquellos momentos en su clímax, había relegado la guerra de España a un conflicto marginal que los representantes mundiales preferían olvidar porque representaba el recuerdo vergonzoso de los peores aspectos de la diplomacia internacional”. Nota: No solo eso, sino que además la jugada salió doblemente en beneficio de los sublevados, puesto que, si los combatientes no españoles que Negrín retiró de las filas gubernamentales (es decir, los integrantes que aún quedaban de las brigadas internacionales) alcanzaban una cifra alrededor de 16.000, Mussolini solo retiró, "como gesto de buena voluntad" hacia el Comité de No Intervención, unos 10.000 soldados del Corpo Truppe Volontarie (CTV), pero unos 30.000 soldados italianos siguieron combatiendo en el bando sublevado hasta el final de la guerra.

“La captura de Catalunya, base industrial de la República, había sido la puntilla para la causa leal. Los gobiernos británico y francés reconocieron formalmente al gobierno de Burgos [el gobierno nacional] el 27 de febrero [de 1939] (…). Daladier entregó a los nacionales todo el armamento y material de guerra [que la URSS había enviado para la República] que estaba retenido en Francia [desde mediados de 1938], así como también el depósito de oro republicano de Mont de Marsan, garantizando, además, que su gobierno no consentiría ninguna actividad contra los nacionales desde suelo francés. En Londres, en la Cámara de los Comunes, Chamberlain engañó a la oposición diciendo que Franco le había asegurado que renunciaba a toda represalia política, cuando hacía ya 15 días que era público y notorio el contenido de la Ley de Responsabilidades Políticas”.

                                                    The Battle for Spain (Antony Beevor)

 
Maella, Aragón (2010), a village that was always close to the war front, and in the middle of the Battle of the river Ebro
 

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