viernes, 24 de febrero de 2023

fable of Anianus

A man found a satyr in the forests and invited him to have supper at his home. Once they were sitting at the table, the satyr saw the man blowing his breathe into his hands. The satyr asked him why he was doing that. The man said: 'my hands are freezing, so I blow to warm them'. Afterwards, once they had the bowls full of soup in front of them, the satyr saw the man blowing to his bowl. Once again, the satyr asked him why he was doing that. The man said: 'the soup is very warm, so I blow to cool it'. Then, the satyr stood up and opened the door to leave. The man asked him why he was doing that. The satyr said: 'I can't stay here with somebody that does the same thing to achieve opposite objectives'.
 
 

Fakhr-al-Din al-Ma'ani Castle (Arabic: قلعة فخر الدين المعني)  on the top left, also named Castle of Palmyra/Tadmur (Greek/Arabic), Syria (2010)
 

domingo, 12 de febrero de 2023

la policía - un análisis crítico (Colectivo La Plebe) - 3 - infiltrados

En estas palabras tenemos los ingredientes de la desmitificación. Unos agentes chapuceros que dejan que los grabe un chaval. Una prisa por obtener resultados en forma de delito y además, cuanto más graves mejor. Un objetivo que no parece ser una red de delincuencia organizada, sino una alternativa al capitalismo: las casas okupadas barcelonesas. Una manera chusca de comunicarse, mezclando el lenguaje parajudicial con la chabacanería propia de los bajos fondos de novela.

La idea de un cuerpo policial protegiendo a la ciudadanía del mal por medio del pago de 200 euros a una persona para que denuncie a los okupas de la ciudad es extraña. Incluso podría ser calificada de cutre. El modus operandi, según el ministro de Interior del momento, era la habitual. Sin inmutarse. Intentar que una persona con una causa judicial menor se convierta en confidente por una propina, suministrando información sobre un movimiento social.

Desde luego, resulta más barato y sencillo que el agente encubierto. Cuando alguien se imagina a uno de éstos, cree que vivirá en un entorno mafioso en el que cualquier desliz le costará unos pies de cemento y un lecho en el fondo del Mediterráneo, así que rescatar información a través de un okupa es como ver a los leones en un documental de la tele, más tranquilo, pero igual de impactante.

No todos los casos de infiltración han sido de este tipo, claro. En diferentes movimientos sociales ha habido sospechas más o menos fundadas de agentes encubiertos. En casi ninguno de estos supuestos ha habido una confirmación total, aunque algunos parezcan ser muy evidentes [en 2023 se han destapado un par de casos, como se puede ver en los links más abajo]. Por supuesto, los movimientos sociales nunca han practicado la venganza sangrienta que se supone en las series y películas. Tampoco han sido desarticulados. Generalmente, porque no había nada que desarticular. Los agentes actúan a modo de justicia preventiva. Tantean por si hay algo. Sospechan que los okupas, los ecologistas, las feministas, el sindicalismo o cualquier otra expresión de rebeldía puede ser un nido de delincuencia organizada. Y allá van, como si se tratase de extraer información de los Corleone. (…)

Los agentes encubiertos (…) son una realidad. Como sociedad, podemos preguntarnos qué hace que el Estado pretenda infiltrar elementos en movimientos sociales y no, por ejemplo, en la Iglesia, que ha sido acusada de más delitos que ninguna organización existente. O en la banca. O en las gestorías de la empresa Abengoa, por poner un ejemplo (…).

                                           La policía - Un análisis crítico (Colectivo La Plebe)

noticia en elDiario.es: Activistas y grupos de izquierdas protestan por la infiltración de un policía en movimientos sociales de Barcelona: https://www.eldiario.es/catalunya/activistas-grupos-izquierdas-protestan-infiltracion-policia-movimientos-sociales-barcelona_1_9911072.html

noticia en El Nacional.cat: Pillado un segundo policía español infiltrado en movimientos sociales de Barcelona: https://www.elnacional.cat/es/sociedad/pillado-segundo-policia-espanol-infiltrado-movimientos-sociales-barcelona_960768_102.html
 
noticia en El Periódico: La 'número 2' de Igualdad, sobre el policía infiltrado que tuvo sexo con 5 activistas: "Es violencia contra las mujeres": https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20230205/ministerio-igualdad-califica-violencia-policia-infiltrado-sexo-activistas-82519940
 
noticia en El Pais: Cinco mujeres se querellan contra un supuesto policía infiltrado en movimientos sociales en Barcelona: https://elpais.com/espana/catalunya/2023-02-01/cinco-mujeres-se-querellan-contra-un-supuesto-policia-infiltrado-en-barcelona.html
 
noticia en Directa.cat: Un nou cas d'infiltració d'un agent de la policia nacional espanyola als moviments socials de València: https://directa.cat/que-hi-trobem-a-la-directa-563/?fbclid=IwAR0j652qVodInUsT7HOJjW8lKPc43ADSklTxDg8wwc_4YBIDZqvJS6V3b-g
 
 
streets of Hama, Syria (2010) 
 

la policía - un análisis crítico (Colectivo La Plebe) - 2 - señalamiento

En momentos de crisis social, los diferentes grupos de personas que puedan cuestionar el propio sistema serán reprimidos en función de su alcance o de las posibilidades que tengan de provocar rupturas. Así, podemos ver cómo durante el periodo denominado la Transición, los movimientos callejeros de ultraderecha, que a pesar de su implantación y actividades a menudo letales, no suponían un grave riesgo para el proceso e incluso eran un recurso para disuadir a otras personas de participar en actos políticos, fueron reprimidos con menos intensidad que las manifestaciones obreras o de las fuerzas que abogaban por la ruptura, usando para ello actuaciones violentas sin reparos. (…)

Lo mismo sucede cuando se señala a determinados colectivos implicados en protestas sociales, sobre los cuales puede recaer la violencia tras esa campaña de señalamiento y, en otro momento, concreto, ser tratados con otras medidas.

Una vez que existe un grupo social o unas prácticas concretas ante las que se justifica el uso de la violencia, se pone en marcha la maquinaria que se mueve en la fina frontera que hay entre la delincuencia estatal y la aplicación de la ley. Pongamos ejemplos (…)

Es algo bastante evidente que en los últimos 35 años se ha vivido una derechización social sin precedentes, al abrigo del triunfo de las tesis neoliberales y de su hegemonía en el panorama informativo. Fruto de esto, prácticas sociales que hace una generación estaban normalizadas e incluso gozaban de consideración son señaladas como delincuencia y agresiones a una libertad que solo funciona en una dirección. Así, cada huelga general (…), el hecho de la formación de piquetes ha pasado de entenderse dentro de la lógica de enfrentamiento con el esquirolaje y la patronal a ser vendido como un atentado inadmisible a la libertad de decidir trabajar en un día de huelga.

Este señalamiento básico obedece, lógicamente, al interés de la patronal, pero proporciona a la policía la ventaja de presionar para que los días de huelga se transformen en momentos en los que la intensidad de la lucha social sea cada vez menor, por amedrentamiento o incluso por convicción de parte de los trabajadores. En todo caso, la propaganda se complementa con la vinculación de las actividades de los piquetes a la violencia (en algún exceso verbal, al terrorismo). Y la violencia es el límite ético del siglo XXI, el anatema, lo inadmisible.

Así, las últimas huelgas han tenido como resultado un hostigamiento de alta intensidad por parte de las fuerzas policiales. Incluso teniendo en cuenta que, en comparación con las huelgas de los años 80 del siglo XX, por ejemplo, han sido menos conflictivas. Fruto de esta represión, en las tres huelgas de 2010 y 2012, CC.OO. cifra en 300 los miembros de su organización y de UGT con causas abiertas. Ya no se trata de proteger los grandes almacenes para que los esquiroles puedan entrar en el simbólico espacio dominado por la patronal. Ahora se ataca al movimiento sindical en cuanto se sale de las mesas de negociación y los desayunos con los empresarios.

Algunos casos muestran lo que queremos exponer: una vez los piquetes han sido denostados e identificados con el gran enemigo, expresión de la violencia contra la libertad, la policía desata su estrategia represiva con la aprobación de buena parte de la población. Algunas de esas acciones represivas derivan en la acusación de graves delitos, como los casos de los tres de Vendrell, con peticiones de hasta 6 años de prisión, o los ocho de Airbus, encausados tras sufrir cargas policiales que incluyeron disparos y a los que se pidió penas de hasta 8 años y medio.

(…) las acciones represivas tienen un carácter que va más allá de la protección de los esquiroles el día de la huelga, convirtiéndose en una advertencia contra la militancia, bastante disminuida ya, en ámbitos laborales. Que esto no haya generado apenas reacción fuera de los entornos militantes muestran hasta qué punto la legitimidad policial ha calado hondo.

La misma estrategia puede seguirse con personas que pertenezcan a cualquier grupo que sea señalado previamente.

Convendría quizá hacer una distinción entre aquellas prácticas que dañan a una comunidad de manera efectiva y aquellas otras que, siendo delito, ser perciben como riesgo a partir de la propaganda estatal y policial.

                                           La policía - Un análisis crítico (Colectivo La Plebe)

 

 
somewhere in Barcelona (1999)