domingo, 19 de febrero de 2012

Point Éphémère - 1 - tormenta de hielo

Sudor en las paredes.
Atmósfera pesada, saturada de notas y escasa.
Respirar es jadear.
Mientras, las suelas apenas se despegan. 

I could hardly see her eyes
behind that storm of hair and music.
But didn’t need to.
Just had to imagine a bit.
They were staring at me.


Sonar Nit, Barcelona (2004)
 

caminando sobre las brasas

Siempre caminando sobre las brasas, 
entre la espada y la pared y el techo que se hunde.
 
 
 Waihi Beach, Bay of Plenty, North Island, New Zealand (2013)
 

las venas en el anverso

Las venas en el anverso de la mano.
Ocre y negro en el antebrazo.

la ciudad esquizofrénica

Miles salen y otros tantos entran
cada fracción de segundo.
Ésta es una ciudad esquizofrénica,
donde uno suda para esquivar
estampidas de personas enojadas,
cuyos ojos te empujan en mil lenguas,
cada fracción de segundo.


subway of New York City, NY, USA (2009)
 

El libro a contraluz

El libro a contraluz y sus espaldas fatigadas.
Filtran el metal pesado y los sueños astillados que contaminan su existencia.
Por sus tobillos perforados se desangran.
Dejan un reguero para que alguien los encuentre o prenda fuego.

Su ser muere donde terminan sus amigos

Su ser muere donde terminan sus amigos.
Se encadenan unos a otros y los demás tiran del exhausto.
El amigo boca arriba ve las nubes avanzar como un ejército de mandrágoras.

Hambre - 01

Se cierra en banda, figura desgarbada,
mordiendo fuerte entre los dientes
el lápiz que le dio de comer.
Esboza nervioso notas en su partitura,
como remaches sueltos que no consigue ajustar.

La mujer transparente

La mujer transparente lleva tatuada en el pecho una ecografía de sus intenciones.
Gracias a ello sus vecinos pueden distinguirla del resto de paisaje urbano, y esquivarla si es preciso.

hubieras querido venir

Hijo, ¿cómo te hablaré sin vergüenza
de los tiempos pasados,
cuando ya no queden escritos
y el agua huya de nuestras manos?
 
Y los sonidos que nos robaron,
¿quién te los cantará
cuando me quede sin voz?

¿Qué responderás el día que
pregunte si hubieras querido venir,
cuando peinemos los campos yermos
en busca de trigo y cebada,
y ya más no se pueda
disfrutar de la puesta del Sol?
 
En verdad te digo, hijo,
todo lo que vi, amé y añoré,
es pena, mas se irá conmigo,
y nadie ya más sabrá
lo grande que fue mi vida.


Wellington, North Island, New Zealand (2012)