domingo, 2 de junio de 2013

como si tuviera ante mí los agresores

Como si tuviera ante mí los agresores
que pusieron tus ideas contra la pared...

No logro ver sus dudas,
sólo el gélido metal en las manos,
su sonrisa burlona y el fogonazo
con que sellan tu adiós;
los ladridos a tu cuerpo inerte,
la agonía de la rabia nunca satisfecha,
y, tras breve respiro, el brío
con que retoman la caza.



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