Digo, todavía eres belleza, sueño y piedra.
Digo, bella, que todavía eres mito translúcido,
por el que veo tu savia pendenciera,
como si fueras vaina con pulso.
Pero arrópame, mercenaria de tez fúnebre,
que arrojas tierra a los ojos de tus guerras.
Nota: 3er premi del 13è Concurs de Poesia Curta de la UPC
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