miércoles, 24 de febrero de 2016

el Apóstol de la auto-mutilación

Su sangre viajada, repartida por toda la ciudad.
Manchas resecas en paredes, gotas y trazas en suelos y farolas.
Carcajadas de una mente frágil e insana.

Noches de dolor en los nudillos, y las mañanas…
charcos en la almohada, whiskey en los pulmones.

Enfrentar navajas, agarrar con fuerza sus filos, deslizar los dedos.
Romper botellas, jugar con sus cristales, grabar dibujos en la piel.
Carcajadas de una mente frágil e insana.

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