Una amalgama borrosa de
brazos y cristal.
Párpados y nariz se
erosionan a la velocidad del rayo.
Seis cortes para seis cicatrices para siempre;
las agallas del tiburón.
Y las cuencas de los ojos sombrías;
la mirada a cuestas que
sigue perdiendo vida sin cesar.
Hôtel Le Roberval, Montréal, Québec, Canada (2008)
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