Nota: Todas las entradas de oikumene se pueden encontrar, en orden cronológico, aquí:
Algo en el interior de Argelao se revuelve gritándole “¡Has nacido para
contemplar este momento!”. Y, muy a su pesar, eso es todo lo que es capaz de
hacer, contemplarlo; contemplar cómo ella pasa a su lado y le sonríe
tímidamente, sin poder siquiera abrir la boca más que para dejar escapar un
sonoro suspiro, en el camino de la Fuente del Bronce, con el Sol como una
esfera roja perfectamente recortada en el horizonte, un aliento de fuego
besándole el cogote.
Fantasía y fiera de tu rostro.
Tortura sin mácula de un ideal de belleza.
Parásito de mi emoción.
Mendigas la primera de tus gracias,
mi hermana que de nuestra pasión vives falta.
Lloro. ¿Qué crees? Desconoces qué recuerdo de ese
amor.
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