Eres deseable.
Siempre lo fuiste.
Las neuronas diezmadas,
abandonados en un arcén
en medio de los Monegros.
Junto a ti, encapotado el vacío,
un llanto cuando amanece.
Es nuestro profundo sueño,
ese en el que temo a todo.
Y me levanto para
descubrir
que nada ha cambiado,
que somos parias
malcriados,
pero tú eres deseable,
y siempre lo serás.
Dedicado a Danae y Verónica
INSAAC, Cocody, Abidjan, Côte d'Ivoire (2017)
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