domingo, 10 de abril de 2022

el triángulo virtuoso

El bardo nos lo hizo creer, nos convenció que nos movíamos siempre como ratas de laboratorio en el interior de un triángulo virtuoso, pero en realidad es un triángulo con los vértices ocupados por personas a cada cual peor: en el primero, las personas demasiado a menudo demasiado enamoradas de sí mismas; en el segundo, las personas tóxicas, y no me refiero a las que escupen en tu copa, o que fuman en exceso, sino las que envenenan tus oídos día tras día, y, a la postre, tu cerebro; y finalmente, en el tercero, las personas que no son personas, sino más bien minas antipersona, que te estallan en las narices en cuanto las pisas, llevándose consigo tu tren inferior, y alguna que otra porción de tus intestinos bajos.

Nunca me contaste en cuál de esas categorías me habías clasificado, y eso que dijimos que siempre intentaríamos ser sinceros el uno con el otro. No es que estuvieses obligada a ello, por supuesto, pero seguramente nos hubiera facilitado la vida. Tal vez yo hubiera entendido mejor qué mezquino comportamiento esperabas de mí, y el verbalizarlo en voz alta, te podría haber ayudado a blindarte mejor ante la mierda que posiblemente iba a llover.

¿O es que no cuadraba con exactitud en ninguno de los tres arquetipos, basculando en el baricentro de dicho triángulo, y por ello dejaste correr el tiempo, sin decidirte a comentármelo? Eso me parece más comprensible. Yo también hubiera dudado. Pero que no me clasificases, o que no me dijeses dónde me habías clasificado, no iba a ser un freno –ni lo fue– para tener el comportamiento mezquino que me correspondía. Eso también es comprensible, y no deberías haber esperado otra cosa. Parasitaré tus sueños, te dije, está en mi naturaleza, y eso es algo que no puedo controlar, del mismo modo que el tiburón tigre no puede evitar comerse a sus hermanos y hermanas, mientras aún está dentro del útero.

Nota: la versión original, improvisada y sin trabajar, de esta nota, rescatada de un audio moribundo que grabé la noche anterior cuando me estaba durmiendo, se puede ver en el link: https://joseirojas.blogspot.com/2022/07/el-triangulo-virtuoso-version-original.html

 
bolígrafo, Madrid (1999)
 

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