Estamos atrapados en un triángulo equilátero virtuoso, habiendo, en uno de sus vértices, personas que están demasiado enamoradas de sí mismas; en otro, personas que tienen una pulsión de muerte exacerbada, un vicio morboso por la autodestrucción; finalmente, en el último, personas tóxicas, que, más que personas, se pueden considerar minas antipersonas, que te estallan en las narices cuando las pisas, llevándose por delante tu tren inferior, y alguna que otra porción del intestino grueso.
Nota: versión original, improvisada y sin trabajar, de la nota "el triángulo virtuoso" (ver link: https://joseirojas.blogspot.com/2022/04/el-triangulo-virtuoso.html), rescatada de un audio moribundo que grabé, la noche anterior, cuando me estaba durmiendo
in a beach somewhere between Pataua South and Onerahi, Northland, North Island, New Zealand (2013)
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