viernes, 8 de abril de 2022

oikumene 18 - recuerdos de las batallas

Nota: Todas las entradas de oikumene se pueden encontrar, en orden cronológico, aquí:

– ¡Hermanos! ¡Alcemos nuestros vasos, y brindemos por la ausencia de futuro! ¡Que no necesito a ningún agorero para que me cuente lo duros que serán los días venideros!

Y tras dar un largo sorbo – ¿¡Qué pueden las adversidades contra la moral inquebrantable de los buenos hoplitas de Éfeso!? ¡Yo os lo diré! ¡Nada! ¿¡Cuál entre ellas esperamos con dulce sonrisa en los labios!? ¡Vosotros me diréis! – con la copa suspendida en el aire, esperando la respuesta de su audiencia, por todos conocida.

– ¡La que más rápido nos acerque a Caronte! – gritan todos al unísono, para luego estallar en carcajadas.

* * *

– Tantas veces me encontré “entrenando mi capacidad de adaptación al frío”, como gustaba de decir de las guardias a altas horas de la madrugada, lejos de cualquier fuente de calor. Donde uno se guarda la respiración, por no abrir la puerta a ese aire gélido que encharca las entrañas, y no osa patear la roca con los pies, por no resquebrajarlos.

 * * *

 “¡Corred, muchachos, corred por vuestra vida!”

– Jamás olvidaré el temblor de la tierra y el ruido ensordecedor de los caballos al galope, en esa carga enloquecida de los pródromoi sobre el campamento de la retaguardia, borrando para siempre de la faz de la tierra esos aterrorizados niños. Años después, Tisafernes me explicaría que, por su aspecto, debían de ser de Bactriana, en los confines orientales de los dominios del Rey de Reyes.

* * *

Una vieja canción para ir cantando durante las largas marchas (música de fondo en este link):

 Heme llegado ante vos, a las puertas del Hades,
blandiendo esta mellada hoja de hierro. 
Los que tras de mí ves, son mis compañeros; 
buscando venimos a los que lo fueron, 
y a su vez nos dan caza, todavía ensangrentados, 
los que a manos nuestras perecieron. 
Juntos llamaremos a las puertas del infierno, 
y, alzando sobre los yelmos fatigadas espadas, 
y los vasos de vino escanciado 
por Cídipe en sus blancos vestidos, 
gritaremos ¡devolvednos a la tierra todo 
lo que, oh Dioses, nos fue arrebatado, 
o nuestra furia el mundo dejará yermo, 
pues la vida es solo un largo día de invierno, 
y nos hemos quedado sin montañas que escalar!

Nota: más recuerdos en este diálogo con Argelao de Éfeso: https://joseirojas.blogspot.com/2016/01/oikumene-6-dialogo-con-argelao-de-efeso.html
 

the Gate to Hell, tombs and ruins near Palmyra/Tadmor (Greek/Arabic), Syria (2010)
 

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