Hijo, ¿cómo te hablaré
sin vergüenza
de los tiempos pasados,
cuando ya no queden
escritos
y el agua huya de
nuestras manos?
Y los sonidos que nos
robaron,
¿quién te los cantará,
cuando me quede sin voz?
pregunte si hubieras
querido venir,
cuando peinemos los campos yermos
y ya más no se pueda
disfrutar de la puesta
del Sol?
En verdad te digo, hijo,
todo lo que vi, amé y
añoré,
es pena, mas se iráconmigo,
y nadie ya más sabrá
lo grande que fue mi
vida.
Praga, República Checa (2014)
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