Ante el gran espejo del baño, me atora ver pasar ante mí esta loca reacción en cadena, espiral anárquica de indomables coincidencias; exhalo vaho, la vida que escapa por mi garganta. Demasiado a menudo es cierto el dicho, pero corrupto, que el mundo es tu ombligo, y todo gira en torno a él. Ya lo dijo el filósofo veloz –y huyó antes que lo pudiese rebatir–, las mujeres guapas escriben la historia, y el Universo de arcoíris y unicornios de Coelho se revela en realidad como un narcisista maligno, un ente vil y mezquino que conspira para destripar el corazón desprotegido de cabrones enamoradizos como yo, este jodido músculo que jamás se fatiga pero tampoco nunca deja de doler. Un Universo que no duda en golpearme duro en el mentón, aunque lleve gafas y prótesis dental, otra media naranja exprimida en el basurero, una broma macabra, el culmen de la ineficiencia producto de un algoritmo genético canceroso, jugando con los hilos de nuestro destino, como quien toca una harpa que alguien maldijo, y otro robó a un chatarrero.
somewhere between Jaipur and Udaipur, India (2010)
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