Mira, Clara, siempre me ha atraído mucho tanto tu belleza interior como la exterior, pero, por algún motivo que no alcanzo a comprender, había algo en mí que no hacía el click necesario para decidirme a dar el paso adelante, como si en el fondo no creyera que pudiésemos estar hechos el uno para el otro.
Sin embargo, conservo un montón nada despreciable de borradores de notas, escritos, cartas, etc., dirigidos a ti, explicándote las más variadas cosas. Es lo que tiene este mi síndrome de Diógenes del mail... Narran tantos momentos, tantas vivencias que se van a malograr cuando me vaya, pero eso sí, los comentarios más absurdos, estúpidos, y banales ahí quedarán para siempre, enredados en la Red de Redes, configurando una impresión tan naif de lo que un día fui.
Me consuela pensar que, entre tanta basura digital, algún día alguien encontrará alguno de estos mensajes de amor perdidos sobre amores perdidos, a los que nunca se les dio, o nunca tuvieron, su opción.
Dime iluso, pero sí, me consuela… me consuela saber que algún día alguien abrirá esta caja perdida de mis recuerdos –vamos, mis mierdas, que recuerdos suena demasiado romántico, muchas de ellas guardadas no sé por qué–, y con una sonrisa condescendiente descubrirá todo un universo de lo que pudo ser, una matriz de infinitas realidades que se entrecruzan o divergen, tantas como gotas en la lluvia ácida, donde los únicos acontecimientos que verdaderamente ocurrieron son las lágrimas del Replicante.
Sin embargo, conservo un montón nada despreciable de borradores de notas, escritos, cartas, etc., dirigidos a ti, explicándote las más variadas cosas. Es lo que tiene este mi síndrome de Diógenes del mail... Narran tantos momentos, tantas vivencias que se van a malograr cuando me vaya, pero eso sí, los comentarios más absurdos, estúpidos, y banales ahí quedarán para siempre, enredados en la Red de Redes, configurando una impresión tan naif de lo que un día fui.
Me consuela pensar que, entre tanta basura digital, algún día alguien encontrará alguno de estos mensajes de amor perdidos sobre amores perdidos, a los que nunca se les dio, o nunca tuvieron, su opción.
Dime iluso, pero sí, me consuela… me consuela saber que algún día alguien abrirá esta caja perdida de mis recuerdos –vamos, mis mierdas, que recuerdos suena demasiado romántico, muchas de ellas guardadas no sé por qué–, y con una sonrisa condescendiente descubrirá todo un universo de lo que pudo ser, una matriz de infinitas realidades que se entrecruzan o divergen, tantas como gotas en la lluvia ácida, donde los únicos acontecimientos que verdaderamente ocurrieron son las lágrimas del Replicante.
los últimos serán los primeros 2008
Note: drawing done with my left hand; belongs to a series of drawings entitled "mundo siniestro"
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