lunes, 11 de noviembre de 2024

Pigmeo (Chuck Palahniuk) - 3 - tomen asiento, por favor

Los compañeros de pasaje que están a bordo del transporte público, caldo de cultivo del proletariado, fuente musculosa de trabajo corporal, olla a presión de un resentimiento de clase que solo aguarda el liderazgo de un cerebro activista. Hedor de transpiración combinada con colonia barata. Atuendos de colores soso que reflejan diversos climas adversos. Pantalones del color del agua que se acumula en las alcantarillas. Blusas y blusones del color de las nubes sucias. La piel facial de los compañeros del pasaje del vehículo presenta arrugas por culpa de la opresión. Solamente se requiere que este agente se encarame en posición aguerrida encima de un asiento tapizado para que pueda ser visible por todos los presentes. Tal vez también que agite un puño en alto. Al momento siguiente anunciará que ha llegado el rescate. El agente-yo asumirá el mando con disciplina severa, haciendo fermentar a los proletarios ignorantes para que sacrifiquen a sí mismos por la acción de la gloriosa revolución. Espoleará a sus compañeros de pasaje para que se amotinen, abrumará salvajemente al capitán hasta que renuncie a su demagogia corrupta, y a continuación la muchedumbre cogerá el timón: primero del transporte público y después de todo el Estado nacional descarriado.

– Tomen asiento, por favor –dice el capitán–. Han subido al autobús número catorce en ruta hacia el oeste en la parada Lincoln Park.

***

Para que conste en acta, durante el transporte a bordo del vehículo público, (…) este agente propugna verdades profundas presentadas por el reverenciado demógrafo francés Alfred Sauvy, pronuncia sermón de la lucha del mundo moderno entre la amenaza corrupta y degenerada del capitalismo y el noble socialista, batallando para controlar o rescatar al inocente Tercer Mundo. La voz del agente-yo, una voz aguerrida que brama para informar a todos los proletarios del interior del vehículo, proclamar que los antiguos esclavos de las colonias del Tercer Mundo son las víctimas potenciales del ansia codiciosa del capitalismo por los recursos naturales brutos, de su robo del petróleo, de su violación de los minerales bauxita y zinc, y a cambio se limita a bombardear sobre inocentes nada más que productos inferiores de una cultura de masas decadente. Los astutos capitalistas inundan las economías nativas con un exceso de corrosivos destructivos: el azúcar refinado, por ejemplo, las estrellas de cine de Hollywood, los asientos de automóvil con calefacción, el fiambre enlatado, la pasta de dientes, el papel higiénico de retrete, el Hombre Biónico, o los rizos permanentes.

(…) la hermana acepta las verdades políticas declaradas por Sauvy en 1952. Su muy celebrada  misiva titulada Tres mundos, un planeta.

La voz de heraldo del agente-yo vocifera muy fuerte que todas las naciones ricas son malvadas de forma innata, Ya a la inversa que todas las naciones que sufren pobreza son inocentes y fuente de mucha bondad oprimida. Cita adicionalmente el enormemente brillante Informe Brandt con fecha de 1980, que demuestra sin lugar a dudas cómo los codiciosos gigantes consumidores de petróleo –específicamente Canadá, USA, Gran Bretaña y Australia– mataban de hambre a naciones ya hambrientas del Hemisferio Sur, como Zambia, Unión Soviética y Árabia Saudí. El grito estridente del agente-yo crece de intensidad, hasta que la voz se rompe y se convierte en un chillido, mientras este agente dice:

– El combustible tan caro que es capaz de impulsar este vehículo público… –dice–: El petróleo es en realidad la sangre de la pobreza que les es chupada a los niños aborígenes.

Un manifiesto presentado con gran arrojo. La barbilla de este agente, muy elevada para mostrar coraje desafiante. Esperando que le den la razón.


Berlin, Germany (2008)
 

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