De palabras en soledad.
Te diré quién las liberó.
De palabras hasta la saciedad.
Te diré quién las ultrajó.
De bravatas insustanciales
en que serenas se cierran
por temor a tus huestes sin rostros.
Con ímpetu venido a menos,
mascullo cuánto echo a faltar
mis decrépitos sentidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario