viernes, 30 de septiembre de 2022

a 40 por hora en el Sabia Sapa

Ante la enorme dificultad de encontrar algún otro medio de transporte para hacer el trayecto Latakia-Damasco, conseguimos negociar con un taxista local que nos llevase en su cochecito Sabia Sapa, de fabricación Siria-Norcoreana-Iraní (imposible concebir una mezcla de tecnologías más bizarra), por unos pocos dólares.
 
Y así, dentro de esa caja de cerillas con ruedas, bajo un ardiente calor de primavera, nos pusimos en ruta ese immenso hombretón, con su cogote y nuca haciendo presión en el techo, mi primo, yo mismo y nuestra maleta, que de tan grande que era nos cobraban pasaje por ella como si de una persona se tratase en las furgonetillas que habíamos ido cogiendo en anteriores desplazamientos.
 
Mientras abandonábamos Latakia y enfilábamos hacia el sur, podía sentir el chasis del sobrecargado cochecillo rascar el asfalto de las fastuosas autopistas sin carriles que Bashar al-Ásad había mandado construir, para mayor gloria de su dictadura socialista a punto de estallar.


first pit stop with the Sabia Sapa, at the foot of Deir Mar Musa (House of Saint Moses) monastery, al-Habashi - Nebek, Syria (2010)
 

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