El Tao que puede ser expresado
no es el verdadero Tao.
El nombre que se le puede dar
no es su verdadero nombre.
Sin nombre es el principio del Universo;
y con nombre, la madre de todas las cosas.
Desde el no-ser comprendemos su esencia;
y desde el ser, sólo vemos su apariencia.
Ambas cosas, ser y no-ser, tiene el mismo
origen, aunque distinto nombre.
Su identidad es el misterio.
Y en este misterio
se halla la puerta de toda maravilla.
Tao Te King (Lao Tse) o Dao De Jing (Lao Zi), según versión del pinyin más vieja o más reciente
Beijing, People's Republic of China (2007)
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