Ese deporte de riesgo que es darse el tiempo para contemplar cómo la realidad desfila ante uno mismo. Los uniformes deshilachados, las legañas en los ojos… Pero los podrás reconocer por su media sonrisa. Ven sin mirar. Destruidos, abatidos por la cultura de la inmediatez. Y entre ellos, yo el primero. Las palabras las podemos gastar, se las puede llevar el viento, o las puede engullir el barullo ensordecedor que nos rodea. Pero a nosotros no.
Beijing West Railway Station, Beijing, China (2007)
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