Todos los recuerdos que me desvivo en reflotar huelen a largo pasillo de metro en verano. Y al pobre músico callejero, el único que pone algo de su parte añadiendo un fino hilo musical, le negamos toda moneda, a pesar de que nos hace llorar. No aprietes el paso. No lograrás huir de ti misma. Ni de lo que nos dijimos… aunque siempre podremos alegar que las reverberaciones no nos dejaban oír.
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