Hell is here.
Hell is everywhere.
Hell is his.
Hell is him.
martes, 31 de mayo de 2011
El circuito hambriento
Cierra un circuito masticado por la desesperación.
Hambriento de espiras y de vasos.
Hambriento de espiras y de vasos.
el parásito
Él es un parásito.
Por mucho que se eleve,
no divisa las respuestas.
Sólo vuelve a ver las mismas caras.
Los recortes
Por lo que veo en algunos artículos y cartas al director en los periódicos, ahora parece estar de moda hablar de que “todos somos co-responsables de la crisis” o que “ahora todos debemos apretarnos el cinturón después de haber vivido por encima de nuestras posibilidades”. ¡Pues no señor! Hay una inmensa mayoría de ciudadanos que no hemos sido partícipes de la crisis de ningún modo, que no hemos disfrutado de ninguna vaca gorda, que no hemos vivido por encima de nuestras posibilidades en ningún momento (especialmente los de rentas más bajas, que justamente van a ser los más perjudicados por los recortes), que poníamos el grito en el cielo por el tema de la burbuja inmobiliaria, etc.
Soy el primero en hacer sacrificios para reducir nuestro impacto en el planeta, siguiendo por ejemplo ideas en la línea de la filosofía del decrecimiento (única posible a medio plazo). Pero me niego en rotundo a aceptar ningún recorte en sanidad o educación (por ejemplo), mientras los políticos siguen disfrutando de unos privilegios y sueldos escandalosos y bajan los impuestos a las rentas más ricas, mientras los verdaderos culpables de la crisis siguen libres y se pasean por ahí como si fueran los reyes del mundo (efectivamente, hemos podido comprobar que lo son), mientras nos mienten diciendo que no hay dinero (cuando, por ejemplo, de un día para el otro se sacan de la manga en USA 700.000 millones de dólares para rescatar al sistema financiero, o cuando el presupuesto militar global para el 2009 aumenta un 6% con respecto a 2008, hasta situarse en 1.531.000 millones de dólares…). ¡No señor! Nos apretaremos el cinturón, pero muchas otras cosas tienen que cambiar antes.
Soy el primero en hacer sacrificios para reducir nuestro impacto en el planeta, siguiendo por ejemplo ideas en la línea de la filosofía del decrecimiento (única posible a medio plazo). Pero me niego en rotundo a aceptar ningún recorte en sanidad o educación (por ejemplo), mientras los políticos siguen disfrutando de unos privilegios y sueldos escandalosos y bajan los impuestos a las rentas más ricas, mientras los verdaderos culpables de la crisis siguen libres y se pasean por ahí como si fueran los reyes del mundo (efectivamente, hemos podido comprobar que lo son), mientras nos mienten diciendo que no hay dinero (cuando, por ejemplo, de un día para el otro se sacan de la manga en USA 700.000 millones de dólares para rescatar al sistema financiero, o cuando el presupuesto militar global para el 2009 aumenta un 6% con respecto a 2008, hasta situarse en 1.531.000 millones de dólares…). ¡No señor! Nos apretaremos el cinturón, pero muchas otras cosas tienen que cambiar antes.
martes, 17 de mayo de 2011
las hienas son nada
Las hienas son nada,
palabra es de todos.
Vicios de dominio público,
marcas sin freno.
Voceros abanderados,
sus cántaros llenos,
el vaho escapa de sus gargantas,
quebrántese su voluntad.
Majadero que desconoces el techo,
no temes a los rincones sin sombra,
y bebes la brea de mi aliento.
Ven, te ruego, ayúdame,
engarza con tu azada
a esos bífidos bribones.
Thessaloniki, Greece (2017)
miércoles, 11 de mayo de 2011
no sólo lo dejaste a él
No sólo lo dejaste a él,
cuando tu cabellera
desafió a Céfiro,
me dejaste a mí también.
Como el gramófono viejo,
me arañabas.
Los motivos siempre
fueron lo de menos.
Ese era nuestro pequeño incendio,
las lenguas que recorrieron
con insidia nuestros cuerpos.
Mi piel que te llevaste
bajo las uñas,
las lágrimas
tras tus huellas.
No sólo lo dejaste a él.
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