miércoles, 11 de mayo de 2011

no sólo lo dejaste a él

No sólo lo dejaste a él,
cuando tu cabellera
desafió a Céfiro,
me dejaste a mí también.
 
Como el gramófono viejo,
me arañabas.
Los motivos siempre 
fueron lo de menos.
 
Ese era nuestro pequeño incendio,
las lenguas que recorrieron
con insidia nuestros cuerpos.
Mi piel que te llevaste 
bajo las uñas,
las lágrimas 
tras tus huellas.
 
No sólo lo dejaste a él.
 
 
Avis, Alentejo, Portugal (2012)
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario