domingo, 12 de febrero de 2023

la policía - un análisis crítico (Colectivo La Plebe) - 2 - señalamiento

En momentos de crisis social, los diferentes grupos de personas que puedan cuestionar el propio sistema serán reprimidos en función de su alcance o de las posibilidades que tengan de provocar rupturas. Así, podemos ver cómo durante el periodo denominado la Transición, los movimientos callejeros de ultraderecha, que a pesar de su implantación y actividades a menudo letales, no suponían un grave riesgo para el proceso e incluso eran un recurso para disuadir a otras personas de participar en actos políticos, fueron reprimidos con menos intensidad que las manifestaciones obreras o de las fuerzas que abogaban por la ruptura, usando para ello actuaciones violentas sin reparos. (…)

Lo mismo sucede cuando se señala a determinados colectivos implicados en protestas sociales, sobre los cuales puede recaer la violencia tras esa campaña de señalamiento y, en otro momento, concreto, ser tratados con otras medidas.

Una vez que existe un grupo social o unas prácticas concretas ante las que se justifica el uso de la violencia, se pone en marcha la maquinaria que se mueve en la fina frontera que hay entre la delincuencia estatal y la aplicación de la ley. Pongamos ejemplos (…)

Es algo bastante evidente que en los últimos 35 años se ha vivido una derechización social sin precedentes, al abrigo del triunfo de las tesis neoliberales y de su hegemonía en el panorama informativo. Fruto de esto, prácticas sociales que hace una generación estaban normalizadas e incluso gozaban de consideración son señaladas como delincuencia y agresiones a una libertad que solo funciona en una dirección. Así, cada huelga general (…), el hecho de la formación de piquetes ha pasado de entenderse dentro de la lógica de enfrentamiento con el esquirolaje y la patronal a ser vendido como un atentado inadmisible a la libertad de decidir trabajar en un día de huelga.

Este señalamiento básico obedece, lógicamente, al interés de la patronal, pero proporciona a la policía la ventaja de presionar para que los días de huelga se transformen en momentos en los que la intensidad de la lucha social sea cada vez menor, por amedrentamiento o incluso por convicción de parte de los trabajadores. En todo caso, la propaganda se complementa con la vinculación de las actividades de los piquetes a la violencia (en algún exceso verbal, al terrorismo). Y la violencia es el límite ético del siglo XXI, el anatema, lo inadmisible.

Así, las últimas huelgas han tenido como resultado un hostigamiento de alta intensidad por parte de las fuerzas policiales. Incluso teniendo en cuenta que, en comparación con las huelgas de los años 80 del siglo XX, por ejemplo, han sido menos conflictivas. Fruto de esta represión, en las tres huelgas de 2010 y 2012, CC.OO. cifra en 300 los miembros de su organización y de UGT con causas abiertas. Ya no se trata de proteger los grandes almacenes para que los esquiroles puedan entrar en el simbólico espacio dominado por la patronal. Ahora se ataca al movimiento sindical en cuanto se sale de las mesas de negociación y los desayunos con los empresarios.

Algunos casos muestran lo que queremos exponer: una vez los piquetes han sido denostados e identificados con el gran enemigo, expresión de la violencia contra la libertad, la policía desata su estrategia represiva con la aprobación de buena parte de la población. Algunas de esas acciones represivas derivan en la acusación de graves delitos, como los casos de los tres de Vendrell, con peticiones de hasta 6 años de prisión, o los ocho de Airbus, encausados tras sufrir cargas policiales que incluyeron disparos y a los que se pidió penas de hasta 8 años y medio.

(…) las acciones represivas tienen un carácter que va más allá de la protección de los esquiroles el día de la huelga, convirtiéndose en una advertencia contra la militancia, bastante disminuida ya, en ámbitos laborales. Que esto no haya generado apenas reacción fuera de los entornos militantes muestran hasta qué punto la legitimidad policial ha calado hondo.

La misma estrategia puede seguirse con personas que pertenezcan a cualquier grupo que sea señalado previamente.

Convendría quizá hacer una distinción entre aquellas prácticas que dañan a una comunidad de manera efectiva y aquellas otras que, siendo delito, ser perciben como riesgo a partir de la propaganda estatal y policial.

                                           La policía - Un análisis crítico (Colectivo La Plebe)

 

 
somewhere in Barcelona (1999)
 

viernes, 13 de enero de 2023

el majo desnudo

El cubata perfecto es el siguiente. Y así uno tras otro. Y sin uno darse cuenta, hoy es ayer. Lo que cuesta luego abrir los ojos. Cada despertar nos depara una nueva historia. Como cuando amanecimos con unos panes –literalmente– bajo los brazos, y una señal de prohibido estacionar. Esta vez, despertamos en la misma cama con ropas de otras personas –¿o era en camas diferentes con nuestras mismas ropas? ¡Nah! Eso no sería nada extraño, y no me hubiera llamado la atención como para recordarlo como lo hago ahora–.

Volteo la cabeza lentamente, para descubrirte a mi lado. Lo hago por el lado largo, como si quisiese emular a la niña de El exorcista, pero tal vez mi cuerpo –sabio a su pesar– lo hace de ese modo antinatural por si se me escapa el vómito. Que seguramente también sería como el de la niña de El exorcista. Estás preciosa así dormida, con las ropas de otra persona. Pero la verdad que no recuerdo a quién se las quitamos, o, ya puestos, quién se las quitó a quién, y quién se las puso a quién, así que podría haber cientos de explicaciones diferentes a por qué acabamos así. Espero que no fuese nada mucho más fuera de lo normal. Solo un poco de pimienta que nosotros mismos quisimos echarle a ese día a día fuera por vicio, masoquismo o aburrimiento, o todo a la vez, como cuando nos reíamos a carcajada limpia de Manso, el colega saco de huesos que bailaba como si se desmontase.

Tengo la sensación que me pediste que te acariciara mientras te dormías, y yo ahí recostado como el majo desnudo. Esa actividad tenía ciertamente mucho riesgo, a pesar de que nos declarásemos amigos, y no me cuesta nada creer que escalase fácilmente, pero todo es muy borroso, y se mezcla con imágenes de Messi levantando la copa del mundo. No me preguntes por qué. ¿Sería que pensaba en cómo te sentaría a ti, el batín negro de lencería fina que le pusieron los jeques? Pero mejor vuelvo a lo mío. Lo de que el cubata perfecto es el siguiente. Y así uno tras otro. Y lo demás no importa.

 
unknown location, summer of 1999
 

escuela Matumbé de capoeira Angola

para quien quiera saber un poco más sobre nuestra Escola de Capoeira: https://matumbecapoeira.es/ 

 
escola Matumbé de capoeira Angola, Espai La Roda, Passatge de Serra i Arola, 15, 08028, Barcelona, Catalunya (2021)


miércoles, 4 de enero de 2023

la policía - un análisis crítico (Colectivo La Plebe) - 1 - criminalización del movimiento okupa

La abrumadora presencia policial en los medios de comunicación está mayoritariamente vinculada con delitos que protagonizan los sectores más pauperizados de la población, como el ataque a la propiedad privada o el consumo de drogas. Pareciera, escuchando a las autoridades policiales por medio de sus portavoces periodistas, que el saqueo de riqueza al que se ha sometido al mundo es obra de quienes roban carteras en la plaza de la ciudad, quienes estrellan un coche contra un escaparate (…). Al contrario, a pesar de que la ingeniería financiera de grandes empresas y empresarios (que es una manera fina de decir trampas para acumular riqueza) supone un robo de montante mayor y bastante frecuente, los sucesos [de la prensa] no se llenan de este tipo de delincuencia. Como consecuencia, no se hinchan las venas de los tertulianos ni de los voceros policiales pidiendo medidas drásticas, cárcel sin demora, o expulsión del país para el empresario no nacido aquí. Eso se deja para los pobres. (…).

El ejemplo que más claro nos puede hacer ver esto es la insistencia a lo largo de los años 2020 y 2021 de la peligrosidad de las bandas de okupas. Los gabinetes de comunicación policial han volcado sus informaciones sobre este hecho en los medios, que las han transmitido como si se tratase de una plaga milenarista, como si en cada calle hubiera una agencia de okupación tomando nota de los horarios del vecindario para asaltar domicilios en cuanto alguien tarde más de la cuenta en volver de sacar al perro. Además, se han resaltado sistemáticamente problemas de convivencia con esos desalmados okupas, que agreden a vecinos, mantienen comportamientos incívicos y se tirotean entre ellos día sí y día no. (…). Esto ha acabado poniendo el foco en un problema minoritario (que no significa que a quien le afecte no le parezca muy grave), que además ha sido convenientemente manipulado por sectores interesados en el mercado inmobiliario. Al realizar las estadísticas se mezclan allanamientos (que es la entrada en viviendas habituales) con usurpaciones (que es el uso de viviendas o edificios sin uso); viviendas particulares con redes de pisos de propiedad bancaria o de fondos de inversión; okupaciones sin conflicto alguno (ampliamente mayoritarias) con otras conflictivas; okupaciones que suponen quedarse en una casa que un banco quiere desalojar, con otras que no tienen nada que ver… Al final, la idea que se quiere transmitir es obvia: el problema de la vivienda es la okupación. El problema no es que haya gente sin vivienda, sino que entidades que las acumulan puedan ver okupada una de ellas. No es, desde luego, la especulación del suelo, ni los desalojos a manos de bancos que implican quedarse sin vivienda pero con una deuda acumulada, ni el desembarco masivo de fondos de inversión que ha convertido zonas de las ciudades en hostales clandestinos para turistas, aumentado el precio de los alquileres. Nada de eso. Que existan más de 3 millones de viviendas vacías y, sin embargo, las posibilidades de pagar un alquiler con un solo salario sean escasas, no es un problema de justicia. El problema es el miedo que genera a la clase media la existencia de delitos que le pueden afectar. De delitos que no protagonicen los ricos, claro. Ese es el concepto de justicia clasista. Esperamos todavía ver a un portavoz de la Policía Nacional salir a dar una rueda de prensa diciendo: “Se ha detenido a un peligroso fondo buitre que realizaba lanzamientos de personas de edad avanzada, usando el procedimiento ilícito de la usura. En su poder se han encontrado diferentes manuales jurídicos para evitar sanciones, así como discos duros en los que almacenaban información sobre sus víctimas y planes para extender su actividad a diferentes ciudades”. (…)

Tiene razón el que ya es un lugar común que dice que es más probable que nos afecten depresiones económicas, pobreza, problemas de salud, de acceso a la educación o de precariedad laboral y vital que el hecho de que nos okupen la casa. Es más probable que nos repongamos de un atraco callejero que del paro de larga duración más allá de los 50 años. Es muchísimo más probable que una empresa telefónica o un banco nos engañe, que el hecho de que unos menores venidos desde centenares de kilómetros nos falten al respeto o nos roben el bolso. No quiere decir que no sea posible que nos suceda lo segundo, sino que poner el foco en ello, obviando lo primero, es característico de una concepción social que favorece a quienes ya sabemos. En 2019 se produjeron, según esa estadística mezclada de la que hablábamos, menos de 15.000 okupaciones. El mismo año sucedieron más de 1.300.000 accidentes laborales, de los cuales 600.000 implicaron la imposibilidad de ir a trabajar en días sucesivos (la media de días de baja fue de un mes) y casi 700 acabaron en muerte. De lo primero tenemos cumplida información. De lo segundo no. Será por algo.

                                           La policía - Un análisis crítico (Colectivo La Plebe)

 

 
rave en base militar abandonada en Llucal·lari, Menorca (2002)

 

La falsa alarma de las okupaciones: https://www.eldiario.es/politica/falsa-alarma-okupaciones-ley-garantiza-desalojo-expres-allanamientos-residencia-habitual-segunda-vivienda_1_6187271.html?utm_source=adelanto&utm_medium=email&utm_content=Socio&utm_campaign=08/28/2020-adelanto&goal=0_10e11ebad6-e5d80e9889-60652461&mc_cid=e5d80e9889&mc_eid=18211e1ba3

Se puede echar a un okupa de manera immediata: https://www.eldiario.es/extremadura/sociedad/juez-decano-caceres-da-igual-pasen-48-horas-40-dias-200-echar-okupa-manera-inmediata_1_9611627.html?fbclid=IwAR2F5in7j_ns1vTpWJu4dp-9qFj7b0fCMCYU9fS5383Ly5zqFr0fgk6ZBzc

Hay una alarma infundada entorno a las okupaciones: https://www.eldiario.es/catalunya/diego-alvarez-juez-hay-alarma-infundada-torno-ocupaciones_1_9279450.html