In principle we are all collective beings ... even the greatest genius would not get far if it would owe everything to his inner own.
(J. W. v. Goethe)
Una cosa es que nuestros sueños no se cumplan. Otra muy distinta es sentir que nuestros sueños incumplidos, nuestros deseos frustrados, han sido fabricados por otros. Cuanto más se satisfacen nuestros anhelos producidos en serie, menos saciados nos sentimos. Cuanto mayor era la capacidad de la tecnoestructura para avivar las pasiones, mayor era el vacío interior que se percibía cuando éstas se atendían. Para llenar ese vacío, los jóvenes sentían una profunda necesidad de romper con el orden establecido, rebelarse sin una causa bien definida, de proclamar su indignación moral ante los métodos de la tecnoestructura. (...) recordaban a la rebeldía que suele presagiar un fin de siècle, el final de un régimen y su sustitución por algo nuevo.
(...) no eran los únicos descontentos. (...) los 50 y 60 del s. XX habían sido una pesadilla para quienes creían de verdad en el capitalismo como un sistema natural de orden espontáneo. Dondequiera que miraran, veían una planificación centralizada. (...) Desde su perspectiva de partidarios del libre mercado, el excesivo parecido del plan global [de USA] con la planificación soviética resultaba incómodo. En resumen, Occidente estaba psicológicamente preparado para una ruptura como la del shock de Nixon.
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