“(…) hay tres
gerentes de fondos de cobertura que ganaron más de mil millones de dólares en
2006. (…) Estos tres magnates ganaron ese dinero con tres compañías que no han
inventado nada. Ni el palo de una escoba. Sin embargo, sus ganancias están por
encima del PIB de más de treinta países con sus cocoteros, pescadores y
profesores de gimnasia. (…) El 31 de diciembre de 2010 el dinero existente en
el mercado de derivados llegaba a la nada desdeñable cifra de 601 billones de
dólares. El 30 de Junio de 2011 ya era de 707 billones de dólares (…). El caso
es que el PIB del planeta Tierra es tan sólo de 63 billones. (…) la cantidad de
dinero etéreo, ficticio, creado financieramente supera más de diez veces el
número de bienes y servicios que se pueden comprar en este mundo. Y no sólo hay
diez veces más dinero del que es necesario para comprarlo todo, sino que este
dinero financiero crece de manera exponencial. En esos seis meses que reseñamos
creció tanto como en los últimos doce años, en los que se incrementó también en
unos cien billones de dólares. (…) la Posteconomía (…) es una disciplina
teológica. (…) la teología se caracteriza por “la absoluta invisibilidad e
incomprensibilidad de su objeto”. En este sentido, el dinero electrónico, el
producto derivado complejo, y el high frequency trading son (…). Dinero
invisible cuyo sentido y uso no es incomprensible. Dinero teologal.”
Posteconomía
(Antonio Baños Boncompain)
“”Es posible reunir
a un considerable número de gente con amor mutuo, siempre que haya otra gente
dejada fuera para recibir las manifestaciones de su agresividad”, dejó escrito
Freud en La civilización y sus descontentos. La clase señorial, la nueva
aristocracia, se agrupa como bien percibió el médico austríaco, en torno al
desprecio por aquéllos que no forman parte del ya célebre 1%.
La conformación de
esa clase, la ebullición y la solidificación de esa orden selecta ha sido bien
dibujada por el (…) autor, que suele frecuentar Davos y otros cónclaves y
sínodos de La Orden. (…) tampoco se trata de una secta. Es una panda, y muchos
lo llaman “capitalismo de amigotes” (…). Pero lo importante (…) es (…) el lento
pero constante afloramiento a la luz pública de estos cenáculos. Primero fue
Davos, convertido hoy en día en puro folklore. Unas verdaderas justas entre
caballeros post-económico. La idea, supongo, es que los ciudadanos vayan
aceptando que hay un poder no democrático pero eficazmente tecnocrático que
gobierna por encima del gallinero parlamentario. Por ello va dejándose ver:
para añadir auctoritas a su indiscutible potestas. (…)
El desembarco de
tecnócratas en los gobiernos europeos durante el año 2011 formaría también
parte de este movimiento de legitimación. Al igual que se aceptó al señor
feudal porque poseía la fuerza y los contactos políticos para mantener la paz
en un territorio, así se va acentuando la idea de que es mejor un gran
empresario, (…) alguien que calmen a los mercados.”
Posteconomía (Antonio
Baños Boncompain)
“During the 1970s, the companies fine-tuned
their capacity to act as a class, sacrifying their competitive instinct in
favor of their unity and in favor of a cooperative action in the legislative
arena. (...) a shared interest for undermining laws (such as those devoted to
protecting the rights of consumers) and for pushing forward the reform of the
labor laws became the dominant topic in the politics strategy of companies.”
The
New Politics of Inequality (Thomas Edsall, 1985)
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