En mis hombros a un lado y a otro, donde debería
ver las miniaturas del demonio y un ángel tirándome de las orejas para intentar
convencerme de obrar de éste u otro modo, en su lugar contemplo una feroz pelea
entre dos enanos taciturnos pertrechados con espátulas, cada uno pretendiéndome
vender una concepción opuesta de la existencia, es decir, que ésta es un
maravilloso regalo, o, por el contrario, una jodida maldición. Lo que no pueden
saber es que ambos están condenados al fracaso, por obra y gracia del que losarmó, que solo quiere usar nuestras cabezas como una arena perpetua en la que
apostar al gallo vencedor.
Église Catholique Saint Jean de Cocody, Abidjan, Côte d'Ivoire (2016)
No hay comentarios:
Publicar un comentario