Por las mañanas, como un Sócrates con resaca,
sólo sé que no recuerdo nada.
Jamás despertar fue tal aventura,
me digo, parodia de mí mismo:
¿dónde?
¿cuándo?
¿con quién?
¿con qué ropa?
¿con qué heridas?
Tiro de mi memoria pero ella tira con más fuerza.
Y dudo aún si esto me agrada o me asusta.
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